Autoridades, trabajadores y empresas participaron en foros para discutir cómo reducir la jornada laboral sin afectar el empleo ni la economía. La propuesta legislativa se presentaría en septiembre.
México está en proceso de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. Aunque aún no hay una fecha definitiva, el consenso entre gobierno, sindicatos y empresarios es que el cambio debe hacerse de forma gradual y con reglas claras.
Este debate se ha desarrollado a lo largo de seis foros nacionales organizados por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), que se llevaron a cabo en ciudades como Ciudad de México, Guadalajara, Monterrey, Tijuana, Querétaro y Cancún. En estos encuentros, participaron representantes de sectores productivos, trabajadores, académicos y expertos en derecho laboral.
El Gobierno Federal propone llegar a las 40 horas en 2030. Los sindicatos buscan una implementación más rápida, en 2027. Por su parte, empresarios sugieren una reducción progresiva de una hora por año, lo que extendería el proceso más allá de esa fecha.
Entre las propuestas destacadas se encuentran:
- Adaptar la jornada según el tipo de industria.
- Aplicar un programa piloto para medir resultados.
- Reconocer esquemas como trabajo por objetivos o pago por hora.
- Asegurar que los salarios no disminuyan por trabajar menos horas.
- Acompañar la reforma con capacitación e incentivos para las pequeñas empresas.
- Crear un observatorio para vigilar la aplicación de los cambios.
Además, se contempla que las empresas cumplan con esta reforma de forma escalonada, dependiendo de su tamaño. Las microempresas tendrían más tiempo para adaptarse, mientras que las grandes serían las primeras obligadas a aplicarla.
El pasado 7 de julio concluyeron los foros, y ahora la STPS trabaja en sistematizar las conclusiones. Se espera que el proyecto de reforma se presente a la Cámara de Diputados el próximo 1 de septiembre, al iniciar el nuevo periodo legislativo.
México es uno de los países donde más se trabaja entre los miembros de la OCDE, pero estudios indican que las jornadas largas no necesariamente aumentan la productividad. Por el contrario, pueden generar fatiga, enfermedades y ausentismo.
Según las autoridades, esta reforma busca mejorar la calidad de vida de los trabajadores sin afectar el desarrollo económico del país.