El cobro de cuotas, bloqueos y amenazas del crimen organizado generan miedo e incertidumbre en municipios del sur del Estado de México, donde pobladores y periodistas denuncian presiones y censura.
Zozobra, miedo y tensión se viven en la región sur del Estado de México ante el avance del crimen organizado, que impone cuotas, precios de productos y cobra derecho de piso a comerciantes, transportistas, taxistas y albañiles. Así lo reportó el periodista Arturo Viquez durante el programa Así las Cosas con Gabriela Warkentin.
Bloqueos y alza de precios por intervención criminal
Desde hace días, pueblos tradicionalmente turísticos como Tejupilco y Valle de Bravo han visto un despliegue inusual de elementos de la Guardia Nacional, la Sedena y la Fiscalía mexiquense, como parte de las acciones para contener la violencia generada tras recientes enfrentamientos en Zitácuaro, Michoacán, muy cercano a la región.
El lunes se registraron bloqueos con camiones de volteo, a modo de protesta indirecta por el alza de hasta 300% en materiales de construcción, un aumento que el crimen organizado estaría imponiendo directamente, según denuncias locales.
Los caminos a Valle de Bravo, bajo presión
Para acceder a Valle de Bravo hay tres rutas: la autopista, el arco y el camino por Villa Victoria, este último bloqueado por más tiempo. Sin embargo, muchos habitantes temen dar testimonio por miedo a represalias.
Censura y amenazas desde el gobierno local
A la situación se suma la denuncia de censura por parte de la presidenta municipal de Valle de Bravo, Michelle Núñez, quien ha presentado acusaciones por violencia de género contra al menos cuatro columnistas. Incluso, ha advertido a los miembros del cabildo que grabar sesiones podría generar denuncias legales.
Clima de miedo nocturno
En palabras del periodista Arturo Viquez, la situación en Valle de Bravo es de tensión total: calles vacías al anochecer, miedo constante y amenazas, pero con una población que, pese a todo, debe seguir saliendo a trabajar.
Los efectos del crimen organizado, que se extienden desde Zitácuaro hasta el sur del Edomex, han provocado una situación insostenible que demanda atención urgente.